El pez diablo, comúnmente conocido como limpia-peceras, es originario de la cuenca del Amazonas y considerado una especie exótica invasora en México, debido a los daños que éste causa a los ecosistemas de agua dulce, a las especies nativas, y a la economía de las comunidades que viven de la pesca y del turismo.

Desde 2013, este pez fue detectado en el río Hondo, frontera natural entre México-Belice, e identificado como la especie Pterygoplichthys pardalis. Por lo que, con el apoyo de El Colegio de la Frontera Sur, la Alianza World Wildlife Fund -Fundación Carlos Slim y el Programa de Pequeñas Donaciones del Fondo para el Medio Ambiente Mundial, trabajamos en Amigos de Sian Ka’an junto con los pescadores de la ribera del río Hondo, en el monitoreo y captura de esta especie invasora, para prevenir su proliferación y evitar que llegue a la laguna de Bacalar, que está conectada con el río.

Si este pez logra llegar a la laguna, acabaría con sus famosos siete colores y dejaría sin actividad económica no solo a los pescadores y a quienes viven del turismo en esta región, también acabaría con uno de los organismos vivos más antiguos del planeta, los microbialitos. Ello, debido a que además de ser muy territorial y agresivo, se alimenta de microalgas y materia orgánica, con lo que encontraría en los microbialitos de Bacalar todo un manjar; además que al remover el sedimento del fondo del rio puede comer de oportunidad los huevos de peces de especies nativas o introducidas de importancia económica (mojarras, robalo, guapote, tilapia), constituyendo un fuerte impacto en la economía pesquera ribereña.

 

En casi tres años de monitoreo y control de pez diablo, los habitantes de las comunidades en río Hondo han capturado más de 500 ejemplares, y recientemente se capturó cerca de la comunidad La Unión, un pez diablo de los más grandes en esta región, un macho con una talla de 54 centímetros de largo y 830 gramos de peso.

Es importante señalar que además de capturar al pez diablo, los pescadores, con el apoyo de sus familias, los miden, pesan e identifican su sexo para registrarlo en una base de datos conocida como Naturalista, y de esta manera contribuir a la ciencia ciudadana y al estudio de esta especie.

“Que los monitores comunitarios capturen el pez diablo durante todo el año permite contribuir a su control e identificar su época de reproducción” señaló Rosa María Loreto, Subdirectora del Programa de Conservación Marina de Amigos de Sian Ka’an.

Esta especie invasora es un problema provocado por el ser humano, ya que de ser de las preferidas por los acuaristas, se convirtió en una amenaza. Al crecer, las familias y los dueños de acuarios, los liberan en cualquier cuerpo de agua para deshacerse de ellos, sin saber que estos pueden convertirse en una plaga.

¡Aún estamos a tiempo! Así como los pescadores en río Hondo, súmate también para controlar esta amenaza y ser parte del cambio aquí: www.bit.ly/BuscaAlDiablo

Si ves un pez diablo, ¡repórtalo! https://www.amigosdesiankaan.org/pezdiablo

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